sábado, 26 de abril de 2014

Capítulo 68. DÍAS QUE FUERON.

Ese hecho cambió de manera drástica las cifras de mis seguidores de Twitter, de mis vídeos de YouTube… Todo aumentaba de manera incontrolable en la misma noche. No dejaba de mirar el móvil en la cena posterior a gala. Estaba alucinada. Ahora quedaba la duda de si esa fiebre duraría más, o solo sería temporal.
-Venga, deja eso ya, anda. -dijo Malú, acercándose a mí y enganchándose por detrás a mis hombros. Metió un trozo de jamón en mi boca y casi me ahogué.
-¡Bruta! -exclamé después de tragármelo. Casi se me saltaron las lágrimas. -no vuelvas a hacer eso. -dije con la voz casi ida. Me había atragantado bien.
-Eres una viciada, te esconderé el móvil si sigues así. -me regañó. Yo reí, pero al parecer iba en serio. -dámelo.
-Mira. -le puse la pantalla de las interacciones de Twitter.
-Dios… -agarró el smartphone y fue cotilleando mi cuenta. -madre mía… no quiero abrir el mío. -rió. La noticia corría como la espuma por las redes sociales, por internet. Circulaba por todo tipo de programas televisivos, la prensa rosa no dejaba de colarse en la fiesta intentando extraer fotos nuestras de allí para colocarlas en sus revistas.
La batería se me iba agotando con tanto revuelo, y justo cuando quedaba nada para agotarse, mi madre llamó.
-¡Hija! -exclamó.
-¿Ocurre algo? -mi madre había vuelto hacía unas semanas a nuestro pueblo. Echaba de menos el ambiente rural. Y es que una persona que está acostumbrada a la tranquilidad y la paz que transmite este tipo de sitios, es muy difícil que se adapte a la gran ciudad. Aquí no conocía  a casi nadie, solo me tenía mí. En cambio, allí tenía el cariño de todos sus vecinos. Estaría mucho más entretenida, porque yo apenas tenía tiempo para ella.
-¡Sales por la tele! -chilló contenta. Yo solté una carcajada. Eso era muy predecible. -¡¡niña, en todos los canales!! -Malú se había convertido en la artista más consagrada del panorama musical. Nunca jamás había hablado de una cosa así. Los medios estaban más que ansiosos por repartir esa información.
A la salida de la cena, alargada hasta las 5 de la mañana, vi algo que quise evitar que viera Malú porque la partiría en mil pedazos. Intenté ponerme delante, tapar aquello. Pero no pude conseguirlo, y se quedó tan helada como yo. Sentimos un odio y una rabia por dentro... La bombilla de nuestros celebros se encendieron con la misma rapidez al observar esa escena. Jorge y Ángel juntos. Todo tenía sentido. Todo encajó como las piezas de un puzzle. Su ex llevaba una cámara de fotos al cuello y la misma enorme mochila que llevaba cuando le conocí. Deduje entonces que Ángel era paparazzi.
-Hijo de puta. -murmuró. -te juro que lo mato… -caminó hacia ellos algo coja. Teníamos las dos los pies reventados. La agarré del brazo y tiré de ella hacia atrás.
-¿Qué piensas hacer? -le pregunté.
-No lo sé, para empezar, partirle la cara en dos. Luego no sé si pegarle un tiro o quemarlo. Según cómo vaya saliendo. -Jorge se largó y se quedó el chico solo, observando su cámara. Era de media estatura, apenas me sacaba una cabeza. Tenía el pelo muy corto, de un negro intenso. Sus ojos también de este tono, y una perilla decoraba su barbilla. La madrileña aceleró el paso. Gastó las últimas fuerzas que le quedaban en ese sprint, y reservó algunas para lanzarle la bofetada. Y así lo hizo, llegó como un pato mareado a causa del dolor que le causaban los vertiginosos tacones y le arreó una torta.-¿cómo has podido? -no le contestó. Se palpó el lugar justo donde le había dado.
-Lo siento. -se disculpó, agachando la cabeza. Al instante supo que lo habíamos descubierto todo.
-¿Sabes lo que he sufrido? No, ¿verdad? ¡Tú y tu maldito egoísmo! De verdad, no sé qué vi en ti. -dijo decepcionada. -¿te has parado a pensar el daño que me has hecho? Claro, que a ti eso te da exactamente igual...
-No me da igual… Malú, eres la mujer de mi vida. -la miró con ojitos brillantes y agarró la manga de la chaqueta de mi chica. Ella dio un tirón.
-¿Pero tú eres gilipollas? -gritó. -¡¡No vuelvas a tocarme!! ¡¡Y déjame en paz!!
-¿Cómo voy a dejarte en paz si mis jefes me mandan a seguirte…? estoy condenado a ti. -parecía bastante afligido. Dolido. La seguía queriendo y eso se notaba.
-¿Por qué te afiliaste con el mánager de Marina? -le preguntó. Aunque eso era bien evidente.
-Me contrató para seguirte. -empezó, dirigiéndose a mí. ¿Para qué quería Jorge información mía? -quería conocerte fuera del trabajo. -ilógico. Las personas normales quedan a comer y cosas así. No contratan un paparazzi. -descubrí entonces que estabais juntas… me rompiste de dolor, Malú.
-A ver. -respiró mi chica intentando ser paciente. -¡tú y yo no tenemos nada! ¿cuándo te vas a enterar?
-Eso es lo que crees. Estamos destinados. -sonaba a psicópata y me estaba dando miedo. Ante el silencio producido, siguió contando el por qué de aquellos días que fueron para nosotras los peores de nuestra historia. -fui llorando a Jorge y le conté lo que hubo entre nosotros, cariño. -ella volvió a respirar para tranquilizarse y no darle otra hostia. A la siguiente le estampaba la cámara en la cara. Jurado. -entonces… él vio el valor que podrían tener esas fotografías, y cómo yo quería recuperarte… hicimos un plan. Primero, te amenazaría con las fotos, luego, cuando rompieseis, yo entraría en juego recuperando tu amor, y después, estando juntos, Jorge vendería fotos de nosotros, ganando ya una cantidad bien grande de dinero, y a las semanas, las fotos con Marina. Los dos conseguiríamos lo que queríamos, y una infidelidad aportaría más dinero aún… todo estaba cuadriculado. -me quedé perpleja oyéndolo. De lo que es capaz la gente por dinero…
-No me vuelvas a hablar en la vida. -fue la frase que soltó ella, con la voz algo desgarrada. Echó el brazo hacia atrás, buscándome. Yo agarré su mano. -vámonos… -se giró y caminamos hasta el coche de Lidia. Había venido a recogernos. Escuchamos de fondo los sollozos del periodista. Me giré para verlo, pero Malú me pidió que no lo hiciese. Que no merecía nada. Caminamos en silencio. Por la ventana del auto vimos a Li besándose con Pablo, y creó en nosotras una pequeña sonrisa. Di unos toquecitos en ella. Se separaron corriendo y se rieron avergonzados. Entramos en la parte trasera del vehículo.
-Holi. -saludó sonriente. -cuánto habéis tardado…
-Ya te contaré. -le dije no muy animada.
-¿Ha pasado algo? -preguntó López. Mi chica y yo nos miramos. Decidimos contarlo. Fue ella misma quién lo hizo, mientras Li conducía muy pendiente de la carretera y a la vez, de lo que relataba María Lucía. Volví a sorprenderme con la historia. Era tan enrevesada que costaba creerla. Era un guión de película americana, mínimo. No sabía cómo iba a volver a mirar a Jorge a la cara sin querer estrangularlo.
-Bueno, al menos le habéis jodido todo el plan. Seguro que están los dos muy fastidiados. -comentó Pablo.
-Seguro que no tanto como lo estuvimos nosotras… -dejé caer.
-No tenía que haber accedido. -se arrepintió.
-Ya está, amor. Eso ya lo hablamos. -dije, tumbando su cabeza en mi hombro.

La mañana se presentó soleada. Al abrir la ventana, vi a Malú en el jardín jugando con sus mascotas. Sonreí. Ella corría en círculos y reía de una forma descomunal. Detrás, el resto del zoológico que tenía por familia la perseguía. Solté una carcajada. Cogí el móvil y saqué una foto de aquel momento. Se me ocurrió la loca idea de publicarla en Twitter. Y así lo hice. No tardó ni un segundo en petarse las notificaciones. La oleada malulera arrasó mi indefenso teléfono. Debía quitarme los avisos si no quería terminar de cargármelo. Tenía ya unos añitos.
Una llamada entrante de alguien que no esperaba interrumpió mi desayuno. Paula, la productora.
-Marina, enhorabuena.
-¿Qué?
-¡¡Sold out en el resto de conciertos que te quedan!! -se me cayó la tostada en el plato y la boca se me abrió por completo. Malú se rió.
-¿Qué dice? -quiso saber. Yo no pude responder. Estaba sin palabras.
-Decir que mantenías una relación con Malú es lo mejor que has podido hacer para tu carrera. Yo no sé si eras consciente de esto… pero chica, las cosas han cambiado. Vamos a programarte más conciertos y… -dejé de oírla. Estaba en shock. No me lo creía.

-Cariño… -reía ella incrédula, mirando mi cara de flipada absoluta. 

1 comentario:

  1. Lo acabo de leer y tengo ganas de mas esta historia es preciosa venga mas y mas aa gracias por escribirla besos y sigue escribiendo

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