Ese
hecho cambió de manera drástica las cifras de mis seguidores de Twitter, de mis
vídeos de YouTube… Todo aumentaba de manera incontrolable en la misma noche. No
dejaba de mirar el móvil en la cena posterior a gala. Estaba alucinada. Ahora
quedaba la duda de si esa fiebre duraría más, o solo sería temporal.
-Venga,
deja eso ya, anda. -dijo Malú, acercándose a mí y enganchándose por detrás a
mis hombros. Metió un trozo de jamón en mi boca y casi me ahogué.
-¡Bruta!
-exclamé después de tragármelo. Casi se me saltaron las lágrimas. -no vuelvas a
hacer eso. -dije con la voz casi ida. Me había atragantado bien.
-Eres
una viciada, te esconderé el móvil si sigues así. -me regañó. Yo reí, pero al
parecer iba en serio. -dámelo.
-Mira.
-le puse la pantalla de las interacciones de Twitter.
-Dios…
-agarró el smartphone y fue cotilleando mi cuenta. -madre mía… no quiero abrir
el mío. -rió. La noticia corría como la espuma por las redes sociales, por
internet. Circulaba por todo tipo de programas televisivos, la prensa rosa no
dejaba de colarse en la fiesta intentando extraer fotos nuestras de allí para
colocarlas en sus revistas.
La
batería se me iba agotando con tanto revuelo, y justo cuando quedaba nada para agotarse,
mi madre llamó.
-¡Hija!
-exclamó.
-¿Ocurre
algo? -mi madre había vuelto hacía unas semanas a nuestro pueblo. Echaba de
menos el ambiente rural. Y es que una persona que está acostumbrada a la
tranquilidad y la paz que transmite este tipo de sitios, es muy difícil que se
adapte a la gran ciudad. Aquí no conocía
a casi nadie, solo me tenía mí. En cambio, allí tenía el cariño de todos
sus vecinos. Estaría mucho más entretenida, porque yo apenas tenía tiempo para
ella.
-¡Sales
por la tele! -chilló contenta. Yo solté una carcajada. Eso era muy predecible.
-¡¡niña, en todos los canales!! -Malú se había convertido en la artista más
consagrada del panorama musical. Nunca jamás había hablado de una cosa así. Los
medios estaban más que ansiosos por repartir esa información.
A la
salida de la cena, alargada hasta las 5 de la mañana, vi algo que quise evitar
que viera Malú porque la partiría en mil pedazos. Intenté ponerme delante, tapar
aquello. Pero no pude conseguirlo, y se quedó tan helada como yo. Sentimos un
odio y una rabia por dentro... La bombilla de nuestros celebros se encendieron
con la misma rapidez al observar esa escena. Jorge y Ángel juntos. Todo tenía
sentido. Todo encajó como las piezas de un puzzle. Su ex llevaba una cámara de
fotos al cuello y la misma enorme mochila que llevaba cuando le conocí. Deduje entonces
que Ángel era paparazzi.
-Hijo
de puta. -murmuró. -te juro que lo mato… -caminó hacia ellos algo coja.
Teníamos las dos los pies reventados. La agarré del brazo y tiré de ella hacia
atrás.
-¿Qué
piensas hacer? -le pregunté.
-No
lo sé, para empezar, partirle la cara en dos. Luego no sé si pegarle un tiro o
quemarlo. Según cómo vaya saliendo. -Jorge se largó y se quedó el chico solo,
observando su cámara. Era de media estatura, apenas me sacaba una cabeza. Tenía
el pelo muy corto, de un negro intenso. Sus ojos también de este tono, y una
perilla decoraba su barbilla. La madrileña aceleró el paso. Gastó las últimas
fuerzas que le quedaban en ese sprint, y reservó algunas para lanzarle la bofetada.
Y así lo hizo, llegó como un pato mareado a causa del dolor que le causaban los
vertiginosos tacones y le arreó una torta.-¿cómo has podido? -no le contestó.
Se palpó el lugar justo donde le había dado.
-Lo
siento. -se disculpó, agachando la cabeza. Al instante supo que lo habíamos
descubierto todo.
-¿Sabes
lo que he sufrido? No, ¿verdad? ¡Tú y tu maldito egoísmo! De verdad, no sé qué
vi en ti. -dijo decepcionada. -¿te has parado a pensar el daño que me has
hecho? Claro, que a ti eso te da exactamente igual...
-No
me da igual… Malú, eres la mujer de mi vida. -la miró con ojitos brillantes y
agarró la manga de la chaqueta de mi chica. Ella dio un tirón.
-¿Pero
tú eres gilipollas? -gritó. -¡¡No vuelvas a tocarme!! ¡¡Y déjame en paz!!
-¿Cómo
voy a dejarte en paz si mis jefes me mandan a seguirte…? estoy condenado a ti.
-parecía bastante afligido. Dolido. La seguía queriendo y eso se notaba.
-¿Por
qué te afiliaste con el mánager de Marina? -le preguntó. Aunque eso era bien
evidente.
-Me
contrató para seguirte. -empezó, dirigiéndose a mí. ¿Para qué quería Jorge
información mía? -quería conocerte fuera del trabajo. -ilógico. Las personas
normales quedan a comer y cosas así. No contratan un paparazzi. -descubrí entonces
que estabais juntas… me rompiste de dolor, Malú.
-A
ver. -respiró mi chica intentando ser paciente. -¡tú y yo no tenemos nada!
¿cuándo te vas a enterar?
-Eso
es lo que crees. Estamos destinados. -sonaba a psicópata y me estaba dando
miedo. Ante el silencio producido, siguió contando el por qué de aquellos días
que fueron para nosotras los peores de nuestra historia. -fui llorando a Jorge y
le conté lo que hubo entre nosotros, cariño. -ella volvió a respirar para
tranquilizarse y no darle otra hostia. A la siguiente le estampaba la cámara en
la cara. Jurado. -entonces… él vio el valor que podrían tener esas fotografías,
y cómo yo quería recuperarte… hicimos un plan. Primero, te amenazaría con las
fotos, luego, cuando rompieseis, yo entraría en juego recuperando tu amor, y
después, estando juntos, Jorge vendería fotos de nosotros, ganando ya una
cantidad bien grande de dinero, y a las semanas, las fotos con Marina. Los dos
conseguiríamos lo que queríamos, y una infidelidad aportaría más dinero aún…
todo estaba cuadriculado. -me quedé perpleja oyéndolo. De lo que es capaz la
gente por dinero…
-No
me vuelvas a hablar en la vida. -fue la frase que soltó ella, con la voz algo
desgarrada. Echó el brazo hacia atrás, buscándome. Yo agarré su mano. -vámonos…
-se giró y caminamos hasta el coche de Lidia. Había venido a recogernos.
Escuchamos de fondo los sollozos del periodista. Me giré para verlo, pero Malú
me pidió que no lo hiciese. Que no merecía nada. Caminamos en silencio. Por la
ventana del auto vimos a Li besándose con Pablo, y creó en nosotras una pequeña
sonrisa. Di unos toquecitos en ella. Se separaron corriendo y se rieron
avergonzados. Entramos en la parte trasera del vehículo.
-Holi.
-saludó sonriente. -cuánto habéis tardado…
-Ya
te contaré. -le dije no muy animada.
-¿Ha
pasado algo? -preguntó López. Mi chica y yo nos miramos. Decidimos contarlo.
Fue ella misma quién lo hizo, mientras Li conducía muy pendiente de la
carretera y a la vez, de lo que relataba María Lucía. Volví a sorprenderme con
la historia. Era tan enrevesada que costaba creerla. Era un guión de película
americana, mínimo. No sabía cómo iba a volver a mirar a Jorge a la cara sin
querer estrangularlo.
-Bueno,
al menos le habéis jodido todo el plan. Seguro que están los dos muy
fastidiados. -comentó Pablo.
-Seguro
que no tanto como lo estuvimos nosotras… -dejé caer.
-No
tenía que haber accedido. -se arrepintió.
-Ya
está, amor. Eso ya lo hablamos. -dije, tumbando su cabeza en mi hombro.
La
mañana se presentó soleada. Al abrir la ventana, vi a Malú en el jardín jugando
con sus mascotas. Sonreí. Ella corría en círculos y reía de una forma
descomunal. Detrás, el resto del zoológico que tenía por familia la perseguía. Solté
una carcajada. Cogí el móvil y saqué una foto de aquel momento. Se me ocurrió
la loca idea de publicarla en Twitter. Y así lo hice. No tardó ni un segundo en
petarse las notificaciones. La oleada malulera arrasó mi indefenso teléfono.
Debía quitarme los avisos si no quería terminar de cargármelo. Tenía ya unos
añitos.
Una
llamada entrante de alguien que no esperaba interrumpió mi desayuno. Paula, la
productora.
-Marina,
enhorabuena.
-¿Qué?
-¡¡Sold
out en el resto de conciertos que te quedan!! -se me cayó la tostada en el
plato y la boca se me abrió por completo. Malú se rió.
-¿Qué
dice? -quiso saber. Yo no pude responder. Estaba sin palabras.
-Decir
que mantenías una relación con Malú es lo mejor que has podido hacer para tu
carrera. Yo no sé si eras consciente de esto… pero chica, las cosas han
cambiado. Vamos a programarte más conciertos y… -dejé de oírla. Estaba en
shock. No me lo creía.
-Cariño…
-reía ella incrédula, mirando mi cara de flipada absoluta.
Lo acabo de leer y tengo ganas de mas esta historia es preciosa venga mas y mas aa gracias por escribirla besos y sigue escribiendo
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