domingo, 28 de septiembre de 2014

T2. Capítulo 25. LLANTO LLORO.

El último mes antes de la boda se pasó volado. Nunca había vivido un agosto así. Lo solía tomar de vacaciones, descansando. Lo típico. Una escapada a la playa, ir al cine, disfrutar de paseos nocturnos. Pero eso formaba parte del pasado, y quedó junto a las cientos de cosas que habían cambiado. A parte de la reanudación de mi disco y lo que conllevaba, la boda no dejaba de requerir mi presencia. Los preparativos finales estaban llegando. Se podía decir que andaba ahogada. Los nervios tampoco ayudaban mucho. La idea de estar en todas partes ese día me alborotaba. No conseguía acostumbrarme a ser el centro de atención, a pesar de mi carrera. Si no era con una guitarra, prefería no serlo.
-¡¡Cómo lo vamos a cambiar todo ahora!! -oí a través de la puerta a Malú. -¡¡Mamá, es una locura!! -entré a la casa después de una firma de discos agotadora.
-¿Qué pasa aquí? -pregunté, acercándome a la familia.
-Se nos ha ocurrido algo estupendo. -dijo mi madre, invitando a que me sentara junto a ellos.
-Bueno, estupendo… -suspiró mi ya casi esposa.
-¡Lo es, no mientas! -exclamó su hermano.
-¿Y de qué se trata? -empezaba a intrigarme. Me serví un poco de comida. Había una fuente enorme de ensalada y un plato repleto de filetes cocinados a la plancha.
-Tu suegra, que quiere celebrar la boda en Algeciras. -se me abrieron los ojos. Nunca había estado allí, pero por las fotos que había visto, era un lugar precioso. -a ver, que a mí me haría ilusión porque he pasado allí casi todos mis veranos… pero es que no falta nada. Tendremos que enviar nuevas invitaciones, buscar un salón nuevo…
-Eh, relájate, para eso estamos nosotras. -mi madre apretó su hombro. Siempre lo hacía para consolar.
-Habíamos pensado en que fuera en la playa, y luego para el convite buscásemos un buen restaurante. Hay muchos por allí. -continuó José. La verdad es que era un plan precioso. Mucho mejor que casarnos en un ayuntamiento. Mi cabeza estaba idealizando el momento. Solo imaginándolo era perfecto… -¿tú qué opinas? -me quedé callada con la mirada perdida.

-Pues… no sé. -bufé. -me encanta. -confesé. -pero si eso supone cambiar muchas cosas… -hice una pausa. -solo quiero que todo salga bien. -noté que Malú me agarraba la mano por debajo de la mesa. La miré. Le regalé una sonrisa, a la que ella no respondió. Seguía seria, preocupada.
-¿Y bien? ¿Nos dais permiso? -insistió Pepi.
-Ay dios, callaros ya. -pidió mi suegro, que disfrutaba del fútbol.
-Sí, tú a tu bola. -le regañó su mujer. Reímos la escena, excepto los protagonistas.
-Yo voto por "Algeci". -levantó su mano y alzó el volumen de la televisión.
-Yo también. -lo imitó su hijo.
-Y nosotras. -se miraron nuestras madres. -pero aquí solo cuenta una palabra realmente. La vuestra. -no conocía esa vena poética de mi madre. No supimos qué responder, por lo que todos seguimos comiendo en silencio. Era cierto que si decidíamos hacerla allí en el sur, debíamos mover hilos en cuestión de horas. A penas faltaban 15 días para el enlace. Tendríamos que cancelar e iniciar muchos procesos. Además de avisar a los invitados. ¿Y si no podían ir? ¿Y si ya habían reservado hotel en Madrid? Pero estaba claro que no podíamos complacer a todo el mundo. Eran demasiadas personas las que vendrían. Lo estuvimos, al menos yo, deliberando toda la cena. No podía meterme en la cabeza de mi chica, pero tenía la certeza de que también lo estaba pensando.
-Bueno, es hora de irse. Tendréis que descansar. -opinó su madre, recogiendo la mesa.
-Quieta ahí, ya lo recogemos nosotras. -le pedí educadamente, pero me ignoró. ¿Cómo podía pedirle eso a una madre de familia? Ni siquiera pude controlar a la mía. Al final acabaron recogiendo entre las dos.
-Pensarlo bien. -nos susurraron antes de irse.
La puerta sonó al cerrarse y una nube de silencio inundó el salón de nuestro hogar.
-Se te veía bastante insegura en la comida. -dije, acomodándonos en el sofá. Se echó hacia un lado, distanciándose de mí. Me preguntaba qué pasaba por su mente ahora. Cabizbaja, abrazó sus piernas. Danka corrió hacia ella dando ladridos tímidos. Como si no quisiese molestar. Con un enorme salto, se colocó entre nosotras. Se echó sobre dueña y ésta la acarició. -cariño. -volvió su mirada hacia mí. Estaba decaída, triste. -¿qué te pasa…? -alargué mi brazo hasta acariciar su nuca. Quería contestar, movía sus labios, pero no conseguía decir nada. Solo quedó la intención de unas palabras que nunca llegué a oír.
-Amor… -tembló. Me asusté. Sus ojos se enrojecieron, y su sonrisa se invirtió. Traté de apartar a su perrita, que parecía no querer moverse del regazo de Malú. Conseguí que se bajara del sofá. Se alejó cansada, mientras yo intentaba abrazarme a María Lucía.
-No te pongas así, solo son contratiempos. -besé su pelo. Se escondió en mi hombro, rozando con sus labios mi cuello. -si no quieres, seguimos con el plan que teníamos hasta ahora. Ya está. Cero complicaciones.
-No es eso… -sollozó. Podía intuir que había algo más. Solo que no quise aceptarlo.
-¿Entonces…?
-No sé si quiero seguir adelante con la boda. -dijo de un tirón. Posteriormente, comenzó a llorar como nunca la había visto. No supe que decir, me centré en apretarla contra mí. Se me escaparon unas cuantas lágrimas. No podía creer lo que había dicho. Me sentó como un jarro de agua fría. Helada. Congelada. Enfriando cada parte de mi cuerpo por la que pasaba. Si no estaba segura de aquello, ¿por qué aceptó? Lo peor es que lo parecía cuando me dijo que sí delante de un montón de personas. ¿Es que habían cambiado sus sentimientos? ¿Qué había pasado? ¿Era yo? ¿Culpa mía? ¿Una tercera persona? Odiaba tener que pensar que algo fallaba entre nosotras. -perdóname. -volvimos al duro silencio. Un silencio que solo servía para comerme la cabeza.
-¿Qué significa ese "perdóname"? -recalqué.
-No lo sé, no lo sé. -parecía nerviosa. -no quiero que dudes sobre mis sentimientos. ¿Vale? -alzó su cuello para mirarme. -te quiero. -sonó sincero.
-No me cabe ninguna duda. -le aseguré. Dejó caer un beso en mis labios, algo frío. -pero, ¿por qué? ¿por qué esto ahora? -sujetó mi mano, y mirándola, se dispuso a darme una contestación.
-Marina, yo… te quiero. -suspiró.
-Eso ya lo has dicho antes. -busqué sus ojos, que me evitaban.
-La verdad es que no lo pensé bien cuando me pediste que me tomara un tiempo para asegurarme. Quise darte el sí por ti. Porque sabía que te hacía ilusión. Pero quizá dejé llevarme por lo que sentía por ti, y no por lo que realmente pensaba.
-¿Me estás diciendo que nunca has querido casarte conmigo realmente? -me choqué contra la realidad.
-No es eso. -achuchó sus dedos. Sentí su fuerte presión entre los huesos de mi mano. -creo que no me lo tomé muy en serio en el momento. Fue todo muy bonito. Muy idílico. Pero no me pensé en el futuro. Quise darte esa felicidad, verte ilusionada.
-¿Para ahora quitarme eso…? -dije dolida.
-No pretendía interrumpir nada, al menos no cuando anuncié frente a tu público que me casaría contigo.
-¿Y ahora sí?
-No sé lo que hago, nunca lo he sabido. -parecía asustada de sí misma. Pero más lo estaba yo.
-Jamás me esperaba algo así de ti… reina de la seguridad. -sintió que me había decepcionado. Bajó la mirada otra vez. No soportaba verla así. Me dolía mucho. Acaricié su mejilla y la levanté suavemente. -dime qué vamos a hacer. -no contestó. -prefiero frenar ahora a arrepentirnos más tarde…
-Mi madre me mataría.
-Deja de pensar en los demás. Necesito que seas egoísta y me digas qué es lo que quieres hacer. Olvídate de los invitados, de tus padres, de mí.
-Te quiero.
-Deja de decir eso. Ya sé todo lo que sientes por mí. Solo quiero saber una cosa. ¿Qué es lo que te echa para atrás?
-La idea de pertenecer a alguien para siempre.
-¿Eres tonta? -solté una carcajada. Me miró seria. No le había gustado mi risa. -tú y tu libertad.
-Sí, siempre he querido ser libre y que nada me atase. Ya lo hemos hablado.

-No vas a ser mía. Solo vas a ser una parte de mí. La misma parte que eres ahora. -expliqué. Le saqué una tímida sonrisa. -tú misma dijiste que solo era un papel. Tú misma dijiste que querías hacer esta locura, te equivocases o no…

6 comentarios:

  1. este capitulo si q es bueno pero tiene q haber una razón mas importante de q malu no quiera casarse con ella.
    podrías poner en el siguiente capitulo q malu la engña con otro porque en realidad malu no sabe si es lesbiana de verdad. luego en unos cuantos capítulos se perdonan y se casan. esa seria mi sugerencia puedes ponerla si quieres y gracias por escribir asi por favor no dejes esta novela nunca

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  2. QUE no,no pongas que la ha engañado ni nada, a mi me encanta asi,ya ha sufrido bastante las dos,como para que ahora le haya engañado,no por favor,nada de engaños jajajaja

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  3. Nada de engaños a sin esta muy bien sigue a sin q es estupenda capitulo pronto y casarse en la playa estaría muy romantico

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  4. Lo de el engaño no!!!!!!! Ya han sufrido y pasado por bastante las dos. Lo de la boda en la playa, lo veo!!!

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  5. Esta super bien!!!no se si un engaño vendria bien o mal.....han sufrido mucho las dos ya...pero algo de emocion asi interesante..no se tu eres la escritora tu sabes hacer esto maravillosamente bien asi que sigue asi!!! �� que es estupenda me encanta!!

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  6. Hola!
    Es la primera vez que comento, para decirte que es sin duda una de las mejores novelas que leí y leo.
    No hace falta decir que escribes maravilloso y sabes como dejarnos intrigados.
    Estoy decuardo con muchos en lo de que ahora falta algo de "acción" es como muy lineal, pero es igual que la vida misma, y siempre dicen que "despues de la tormenta siempre llega la calma" yo creo que aqui va a ser al reves y nos vas a sorprender.
    Independientemente de lo que hagas, aqui vas a seguir teniendo a un fiel lector!

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