Me senté en aquel sillón frente a un espejo con luces. El
estilista no tardó en llegar.
-Encantado, soy Sebastián. -me puse de pie para saludarle.
Era muchísimo más alto que yo y era un auténtico fideo. No había visto nunca a
alguien tan delgado. Hacía gestos muy afeminados. Me senté y dejé que hiciese
lo que quisiera con mi pelo. Luego me dio una ropa y me maquilló con una
infinidad de productos que no conocía.
-¡Buenos días! -me saludó una chica de pelo rizado y ojos
azules. -¿Qué tal? -Estuvimos un rato conversando. Parecía interesada en mi
carrera. No hacía más que hacer preguntas sobre el disco, sobre mis canciones…
Eso me animó. Me sentí realmente bien al ver que le importaba. Luego de un rato
hablando, me enteré de que ella era la directora del videoclip. -¿repasamos el
guión?
-Por supuesto. -acepté la propuesta, aunque el guión ya me
lo sabía de memoria. Lo había leído unas quinientas veces. Tenía mucho miedo a
actuar. No me gustaba ser el centro de atención. Imaginé el momento de verme
enfocada por varias cámaras y la idea no me gustaba nada.
-¡Empezamos en cinco minutos! -chilló Mar. -Relájate y
comenzamos. -me dijo frotando mi hombro. Me quité el largo chaquetón que
llevaba para no coger frío y dejé ver el vestido verde agua que llevaba. Una
veintena de técnicos rodeaban el escenario. Seguía las indicaciones de la
directora sin rechistar. Lo de tocar el piano mientras mi pelo bailaba con el
viento fue lo que más me gustó del vídeo.
Tras dos cambios más de vestuario y peluquería, dos cambios
de lugares, doce horas de rodaje y unos nervios que aún hacían mi corazón
palpitar a una velocidad extraordinaria, concluyó el día. Hice unas fotos y las
colgué en twitter. Estaba ansiosa por mostrar el resultado.
-Un placer trabajar con ustedes. -se despidió de nosotros Mar.
-El placer es nuestro. -le sonreí.
-El placer está en el sexo. -intervino Pepe Luí con sus
chistes espontáneos. Todos pusimos la mirada en él, que se reía avergonzado.
-Espero que vaya todo bien. En cuanto saques el disco me lo
compro. -dijo para romper el incómodo silencio. Le di las gracias muy contenta
y me quedé en una cafetería cercana al retiro, donde habíamos grabado las
últimas secuencias, con los músicos y Pedro.
-Vaya pasada. -Merce no borraba la sonrisa de su rostro. Los
ojillos le brillaban. Todos estábamos ilusionados con el single, con el
videoclip, con el disco. Era nuestro gran primer proyecto en el mundo de la
música. El director musical se palpó los bolsillos buscando el móvil. No paraba
de sonar "Gagnam Style". Reímos al oír su tono.
-Eso ya está pasado de moda. -rió José Luís. -Ahora la moda
se llama Marina Marín. -dijo con voz de locutor de radio.
-Calla. -le pidió tan soberbio como siempre. -Dime, Paula. -contestó
finalmente la llamada.
-Si car es coche, y men es hombre… ¿mi tía carmen es un
transformer? -el chiste del pianista nos hizo reír, pero Pedro nos pidió
silencio con un gesto.
-No es momento. -le dijo bastante preocupado. Intuí que algo
malo pasaba. Ricky y Mercedes también lo notaron y cruzamos una mirada los
tres. Teníamos miedo. Se levantó y salió del local para seguir conversando, por
lo que no pudimos enterarnos de nada.
-Parece algo serio. -habló el bajista, que rara vez lo
hacía.
El tiempo que estuvo fuera se nos hizo eterno. Cada minuto
nos daba para planear otra hipótesis y otra y otra, hasta volvernos locos.
-Problemas. -resopló, sentándose en el banquete. -Ha habido
un fallo con las grabaciones y el presupuesto es más alto del que disponemos.
-¿Un fallo? -quería saberlo todo acerca de lo que había
pasado. Me influía directamente.
-Sí, al parecer han tenido que retocar muchísimo los audios
porque contenían mucho ruido. Problemas en el sistema de grabación…
-¿Y eso qué significa? -quiso saber Merce, desquiciada por
la noticia.
-El premio del concurso era una determinada cantidad para
producir tu disco, pero no es lo suficientemente grande como para cubrirla.
-¿Qué más? -quise saber. Prefería que me lo dijese de una
vez.
-Se cancela el disco. -el duro golpe nos dolió a todos, puse
las manos en mi frente y bajé la cabeza. No quería saber nada del mundo. Mi sueño
se había ido por el desagüe. Qué poco había durado la aventura.
-¿Y qué pasa con lo que grabamos? ¿Y nuestro esfuerzo? -se
indignó José Luis.
-A la basura. -respondió con la mirada perdida en el vaso y
sin pestañear. Él creía en mí.
-¿No hay otra solución? -preguntó Ricky.
-La hay. Si conseguimos un productor que ponga el dinero que
falta… Pero tal y como está el país… es muy complicado. Habría que mover muchos
hilos. -comentó por encima. Mercedes y yo comenzamos a moquear. Las ganas, el
esfuerzo, la ilusión… se quedaron en el culo de la botella de aquel bar en el
que deseé no haber entrado nunca. La rabia y la impotencia vinieron de la mano
a cada uno de nosotros. El bajista se levantó enfadado, cogió su chaqueta negra
y se despidió con un adiós amargo.
-Esta reunión ya no tiene sentido… -dejo caer mientras se
largaba. Yo decidí irme también. Tenía toda la razón. Aquella cena ya había
acabado. Cogí el coche y cambié la dirección. Fui directa a casa de Malú en vez
de ir al piso con Li. Dejé que mis lágrimas salieran. Lágrimas que se habían
acumulado en la cafetería y que no quise soltar delante de mis compañeros.
-¿Qué te pasa? -Llegué con la cara enrojecida. Había dejado
de llorar hacía un rato, pero mis ojos me delataban. Con solo mirarme sabías
que había estado llorando.
-Abrázame. -le pedí. Inmediatamente me envolvió en su cuerpo
y suspiré en su hombro. Me acarició la cabeza y me pidió que me relajase y le
contase lo que había pasado. Pero yo no quería hablar, simplemente quería
descansar en sus brazos y desahogarme. Después del largo abrazo, se sentó junto
a la chimenea y yo me eché en el sofá, dejando mi cabeza en sus piernas. Acarició
mi pelo, haciéndome un cariñoso masaje mientras me miraba sonriente.
-Cuando quieras me lo cuentas. -dijo, sin dejar de jugar con
mi pelo.
-Se ha roto mi sueño. -logré decir con la voz rota. Malú se
incorporó sorprendida. Erguí mi cuerpo hacia delante y volteé las piernas para
quedar sentada.
-¿Qué? -le conté más detalladamente lo que había pasado. -Verás
como encontramos a alguien que quiera aportar lo que falta.
-¿Encontramos?
-Claro, voy a ayudarte todo lo que pueda. -sonrió. Me
acerqué para besar sus labios y se dejó besar por mí. -mira que eres tonta.
-interrumpió el beso de repente.
-¿Eh?
-Teniendo una novia cantante, te pones a llorar porque no
encuentras productor… es que eres imbécil. -reí mientras nos mirábamos.
-Oye, ¿sabes que Pablo estuvo ayer ligando con Li?
-¿López?
-Sí. -abrió la boca sorprendida y después comenzó a reírse
sin poder parar.
-Ay, por dios, que me da algo. Tienen que ser tan adorables
juntos.
-Tienes que verlos, son más graciosos. No paran de discutir.
-estuvimos un rato hablando de ellos entre risas y caricias.
-Podríamos hacer una cita doble, de esas modernas. -propuso.
-Pues sí, pero entonces le tendríamos que contar a Pablo lo
nuestro.
-Chica lista. -rió. -por cierto, hablando de contar lo
nuestro. Mañana vienen mis padres a comer y… -comencé a negar con la cabeza.
-Sí, sí, Marina, sí. -sonrió. Yo negué aún más fuerte. Ella no paraba de reír
ante mi cara de susto. Me sujetó la cabeza para que dejara de agitarla y la
arrastró hacia su boca. Nos besamos mientras mi mente daba vueltas pensando en
cómo reaccionarían sus padres…
Carmen proviene del latín carmen carminis y significa poesía o canción...
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