Lejos de aquella vez que entré por
primera vez en la discográfica, lejos de aquella guitarra hecha polvo, lejos de
esas piernas temblorosas antes de entrar al casting de La Voz. Lejos de aquella
Marina con sueños imposibles estaba yo sentada de nuevo en esa silla esponjosa
y verde, con unos cascos que triplicaban el tamaño de mis orejas y un micrófono
sobre la mesa, muy cerca de mis labios. Había crecido, tanto profesional, como
personalmente. Los viajes que realicé me abrieron la mente, había estudiado y
trabajado con grandes profesores. Mis conocimientos sobre música aumentaron
vertiginosamente. Así que este disco sería mil veces mejor que el anterior.
Estaba segura de ello. Por eso no tenía ningún miedo, tenía una enorme
corazonada.
El presentador anunció mi llegada
a la radio, y posteriormente, me invitó a saludar. Estaba feliz, muy feliz.
Deseando empezar de nuevo. Pero lo que más quería era que mis tan desesperados
fans escucharan mi trabajo. Ese en el que había dejado mi piel. Probablemente
estaba tan ansiosa como ellos.
-Y por fin podemos oír lo nuevo…
-el chico alzó la bandera que indicaba la salida. La carrera comenzaba ahora y
duraría 3:45 minutos. ¿Alcanzaría la meta mi disco? El single había sido un
éxito rotundo, posicionándose en lo más alto de la lista. Aunque nadie entendía
por qué una canción de desamor. Les sorprendí. Esperaban como locos una
maravillosa historia de amor creada en el amoroso entorno entre Malú y yo.
Nuestro equipo y yo elegimos esa precisa canción porque pensamos que destacaba
sobre el resto. A parte del factor sorpresa por parte de la audiencia. Pero por
supuesto que había temas romanticones capaces de acariciar sensorial e
imaginariamente a los oyentes. -hemos preparado también una sección de
preguntas. ¿Preparada para responder a tus grandes seguidores?
-Por supuesto. -dije después de asentir,
cuando caí en la cuenta de que la gente no podía verme… Me sentí algo estúpida.
-¿Cuándo empezará la gira? Me
muero por verte en directo. -leyó pausadamente. -María, de Fuengirola.
-Pues, María de Fuengirola,
-empecé. El presentador rió simpático. -antes de la gira voy a hacer algunos
conciertos entre esta semana y la que viene para presentar el disco. Ya podéis
sacar las entradas desde mi página web. Lo hacemos sobre todo con la finalidad
de conocer cómo suenan las canciones en directo para saber preparar una gran
gira. Los alternaré con las firmas. Que por cierto, hoy tenemos la primera en
el Corte Inglés de Callao. -aproveché para informar.
-¡¡Allí estaremos!! -exclamó.
-¿Continuamos?
-Por supuesto. -me acomodé mejor
en la silla, esperando la siguiente cuestión.
-Álvaro, de Lérida, nos pregunta a
cerca del título del disco. ¿Cómo se te ocurrió? -puse los ojos en blanco.
Maldito Álvaro.
-El nombre lo elegimos mi mánager
y yo. Es una elección difícil porque debe llamar. Debe entrar por la retina, o los
oídos. Hay que pensar mucho en el marketing. Tenemos que conseguir que alguien
que entre en una tienda lea el disco y sienta curiosidad por él. Mari, mi
representante, tiene estudios sobre publicidad, así que no fue nada complicado.
Creemos que resume de una manera elegante todas las canciones del disco.
-La verdad es que es muy original.
Bueno, sigamos. -apuntó algo en su cuaderno. -Nos viene una pregunta de aquí
mismo, de Madrid. Carla pregunta si contrataréis… -rió antes de leer. -una
orquesta para vuestra boda, o cantarán los invitados. O vosotras mismas.
-carcajeé.
-Eso no puedo responderle. Manda
la suegra. -reí con el resto, al darme cuenta de lo que había dicho. Seguro que
ahora vendrían más preguntas sobre esto… Y antes de que lo pensara… empezaron.
-¿Cómo que manda la suegra?
-Ella y mi madre están organizando
nuestro enlace. -expliqué. -les hacía mucha ilusión…
-Oh, me imagino que es un gran
detalle. Estaréis hasta arriba de trabajo.
-Pues sí. Es un lujazo. -sonreí.
-¿Te llevas bien con doña Pepi?
-lo sabía.
-Ofú. -bromeé. Rieron de nuevo.
Qué les encantaba un cotilleo. -tiene mucho carácter. -volvieron a carcajear.
-Nah. -intervine desairada. -me llevo muy bien con ella y con toda la familia.
Los quiero mucho a todos. Les mando un saludo y un beso muy grande desde aquí.
-Mira, hablando de Malú, tenemos
una pregunta sobre ella.
-A ver… -ya tardaban en sacar el
tema.
-Sonia, de Mérida, quiere saber si
tu chica piensa sacar disco pronto. Sinceramente, yo necesito oír algo nuevo
también. -se había tomado demasiado tiempo sin sacar nada nuevo. Era normal.
Pero también se merecía un descanso. Llevaba un ritmo inhumano de vida.
-Pues no os preocupéis porque muy
prontito se va a poner en marcha. Ella también está loca por volver a la carga.
-Claro, imagino que te verá a ti
con tu disquito nuevo y le entrará el gusanillo. -reí asintiendo.
La entrevista continuó desvelando
y comentando los temas uno por uno. Elegí aquella cadena por eso mismo. Adoraba
analizar cada canción y dejarle claro al público las intenciones que tenía cada
una de ellas. El significado.
Salí por la puerta eufórica. Mis
ganas de leer los comentarios sobre el CD eran tales que no pude esperar a
llegar al coche. Fui leyéndolos mientras Mari me guiaba por los pasillos.
-Papelera. -me advirtió. Pero me
la comí. -¡mucho disco mucho disco, pero eres más idiota que…!
-Gracias… estoy bien. -hice una
mueca. Todos parecían contentos con los temas. Aunque también había desagrado
por parte de otras personas. Para gustos los colores, dicen.
Conducimos con la velocidad típica
de Mari por las calles agitadas de Madrid hasta llegar a la cafetería del Corte
Inglés. Allí ya estaba el equipo de seguridad, las vallas, y algunos de mis
seguidores en la cola.
-Espera. -le pedí. Quería pasar a
saludarles.
-No estarás pensando en… -corrí
hacia ellos. Los escoltas que vigilaban la cola y el recinto donde tenía que
subir para firmar se pusieron muy nerviosos. Les pedí que se relajaran. Todo
controlado.
-¡¡¡MARINA!!! -chilló una fan
alocada.
-¡Hola chicos! -anduve por la cola
agradeciéndoles el cariño y el apoyo que me daban día a día.
-Esta niña está loca…de verdad.
-oí a mi mánager hablando con el máximo responsable de la firma. -la próxima
vez la traigo con correa. Una joven con la cara pintada con mi nombre me agarró
el brazo fuertemente. En seguida, uno de los de seguridad se acercó a llamarle
la atención.
-¡Cómo te admiro! -gritaba.
Observé durante aquella visita express y sorpresa la diferencia entre la firma
de ahora con la del anterior disco. Más gente, más locura.
-Por favor, vuelve atrás. -me
dijo. Di un salto y me despedí con la mano al resto.
-Ya te vale. -me dio una cachetada
en el trasero.
-¿Qué? -me reí. -vamos a comer,
anda. -al fin a llenar mi estómago. La jornada intensiva de promoción había
sido agotadora. Lo peor es que no había acabado…
Me quedé sentada en la mesa
mientras Mari pedía la comida. Le di vueltas al smartphone. Estaba tardando más
de la cuenta. De repente, y sin yo esperármelo, una chica se me sentó a mi
lado.
-¿Hola? -me quedé pillada.
-¡¡Hola guapa!! -me puso ojitos.
Era la primera vez que la veía, pero algo en su cara me sonaba. Cómo si la
hubiese visto antes.
-¿Nos conocemos? -le pregunté
extrañada. Se me acercó. Quizás demasiado, entrelazando su brazo con el mío. Me
dio un beso, pegando extremadamente sus labios en mi mejilla. Pulsó mi rodilla,
lo que me provocó una carcajada. Moví la silla hacia el lado contrario para
despegarme.
-Solo quiero un autógrafo. -dijo
inocente. Un cambio que me chocó.
-Vale… -me dio un boli. Cogí una
servilleta y le di lo que quería. Después de eso, se marchó como si nada. Qué
situación tan extraña…
-¡¡Listo!! -mi representante se
sentó frente a mí con la bandeja. No dudé en contarle lo ocurrido. -últimamente
hay mucha loca suelta… no te asustes. -si
ella lo decía…
Y por fin, a las 5 y media,
comenzó el espectáculo. Antes que nada, toqué el estribillo de algunas
canciones. Me senté en el filo de la plataforma con mi inseparable guitarra y les
regalé un pequeño acústico. Los aplausos se sucedieron hasta quedar sentada en
el banquete. Me apoyé un poco y dejé los pies en el suelo. Echaba de menos el
contacto directo con mis seguidores. Era vital para sentir que tu música valía,
que hacía feliz, que significaba tanto para ellos como para mí. Abrazos, fotos,
firmas. Muchas firmas. Esta noche tocaría meter la mano en hielo.
Me encontraba totalmente
concentrada en despedir a uno de los asistentes, cuando oí una voz familiar.
Giré la cara y no me lo pude creer. Los silbidos rompieron los murmullos.
-¡Malú! -me quedé atontada
mirándola. ¿Cómo se le había ocurrido?
-Yo también tengo derecho a una
foto y una firma. -sonrió. La abracé. Me besó. Para qué lo hizo. Se desató la
locura. -no es por nada, pero somos la pareja del momento. -rió en mi oreja. Llevó
la broma a los extremos, puesto que se hizo la foto e insistió en que le
firmara el álbum. Yo no podía parar de reír. Me había sacado los colores. -ay,
se me olvidaba. -sacó un ramo de flores de su espalda. -no es justo que siempre
seas tú la que regale flores.
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