-¿EMBARAZADA? -repitió Malú, algo alterada. Yo asomaba la
cabeza, intentado ver quién era. Mi chica tiró de mi brazo para acercarme a la
valla.
-¿LI? -no podía dar crédito a lo que veían mis ojos. -no… no
puede ser. -mientras yo intentaba liberarme del shock que había sufrido, la
cantante madrileña abrió la puerta y dejó pasar a mi amiga. La abrazamos entre
las dos. -¿dónde está Pablo?
-No lo sé… -murmuró entre sollozos. Estaba muy asustada. -no
le digáis nada, por favor.
-Tranquila. -le susurró María Lucía.
-No sabía a quién contárselo… -elevó el llanto.
-Va, venga. Entremos a casa, te voy a hacer una tila o algo.
-la llevamos hasta dentro con pequeños pasos, como si fuera un jarrón de la más
preciada cerámica. Nunca la había visto así. Estaba demasiado acostumbrada a
verla con aquella sonrisita divertida, sus ojos casi rasgados por la felicidad
que iba derramando. Era ella la que me animaba a mí. La que me cuidaba y sacaba
adelante. Ahora las tornas cambiaban. Los roles se intercambiaban. Ahora era
ella la que me necesitaba.
-Bébetela. -le tendió la infusión Malú. Lidia la cogió y
bebió un poco. Entrelacé mis dedos con los suyos.
-No tienes que tener miedo, estamos contigo. -le aseguré.
Tumbó su cabecita en mi hombro en señal de agradecimiento.
-Además, has dicho "creo". -subrayó mi prometida.
-Me he hecho siete pruebas. Siete.
-¿Y…? -quise saber.
-Dos rayitas.
-¿Eso qué significa?
-pregunté. Rieron exageradamente. -oye…
-Y contigo quiero yo formar una familia… -cuchicheó Malú.
Conseguimos hacerla reír aunque fueran solo unos segundos. -dos rayas es
positivo.
-Es que no puedes beber tanto, Li. -bromeé. Rió de nuevo.
-Idiota. -me pegó un codazo mientras se limpiaba las
lágrimas risueña. Rodeé su cuello y la abracé entre risas. -no sé cómo se lo
voy a decir a Pablo… -volvió a la seriedad y preocupación con la que llegó. -lo
voy a destrozar…
-¿Por qué? Tendrá que apoyarte. Está contigo, te quiere.
-dijo ella.
-Voy a cargarme su carrera… -se tapó la cara.
-No digas eso. -la achuché. Malú me miró y con un gesto me
preguntó qué hacer. Yo me limité a besarle el pelo. Era una situación
complicada. -a Pablo le encantan los niños… ¿no lo has visto con su sobrino?
-Sí… pero es un sobrino. No su hijo. Es mucha
responsabilidad… -respondió sin alzar la cabeza, escondida en mi pecho. -somos
muy jóvenes… él está empezando a vivir su sueño. No puedo hacerle esto.
-A veces los planes no salen como queremos. -intervino la cantante.
-pero no por ello tenemos que tirar la toalla. Puede que ahora esto te parezca
algo malo, pero quizás más tarde te ilusiones. Un niño significa alegría…
quieras o no. -el móvil de mi mejor amiga comenzó a vibrar bajo el bolsillo de
su pantalón.
-Es la décima vez que llama. -murmuró.
-¿Por qué no lo coges? Trae.
-No, Marina, no lo hagas. -me pidió. -no puedo hablar con
él. Me derrumbaría.
-¿Por qué no le digo que venga y habláis? -propuso la
madrileña.
-No, no, por favor, chicas, no. -estaba temblando, aún así, Malú
cogió el teléfono y lo hizo. Algún día nos lo agradecería… Teníamos que
ayudarla a afrontar aquello. El malagueño no tardó en aparecer en Majadahonda,
donde a base de infusiones, Lidia comenzaba a calmarse. Al menos un poco.
-¿Qué te ocurre? -se alteró al ver a Li. -¡qué pasa!
-exclamó. Lo entendíamos. No sabía nada y se encontró con un ambiente
dramático, de lo más desagradable. La mesa estaba llena de clínex usados y
vasos de tila vacíos, sin una gota. El rostro de su novia estaba aún
desencajado, blanco como la más pura nieve de los Alpes. Sus manos destrozaban
papeles, muy temblorosas. Mi chica la abrazaba por la cintura, sin soltarla.
-Marina, ¿qué está pasando? Estoy asustado. ¡Joder! ¡hablad!
-No soy quién para decírtelo… es algo que debéis hablar
vosotros. -miré a María Lucía. -ven. -le ofrecí la mano.
-No, quedaros. -la retuvo. No quería que la soltara. Pensé
que lo mejor sería que se quedaran a solas, pero ante la petición de mi
compañera, no me moví.
-Me voy a volver loco si no me dices ya qué te pasa, cielo.
-flexionó su rodillas y aguantó su peso en los gemelos frente a la joven.
-Pablo… -una lágrima más derramó por su rostro. Ésta fue
limpiada por su chico. -que…
-¡¡¡QUÉ!!! -gritó.
-Estoy embarazada. -el tono de piel cambió por completo. Su
rostro se relajó, fue cómo si se cayera a cachos. Tragó saliva, sin saber qué
decir. Intentaba vocalizar, pero no le salía. Se dejó caer en el suelo, no pudo
seguir en cuclillas. Se echó las manos a la cara y la bajó lentamente. -lo
siento. -intenté tirar de Malú para irnos de allí, pero su mano estaba bien
sujeta por Lidia. El ambiente estaba muy cargado, ese sitio no me gustaba.
-Eso debería decirlo yo. -dijo él, con la cara aún cubierta.
Se levantó rápidamente y se sentó a su lado. Sostuvo su mano con fuerza,
apretándola. -tranquila, ¿vale? Saldremos de ésta. -Se abrazaron en nuestro sofá. Ese abrazo resucitó su amor. Ésta
era la nuestra. Nos escapamos a la cocina rápidamente.
-Qué bonito. -parecía emocionada.
Reí. -qué buenos chicos.
-Seguro que les sale todo genial.
-aseguré, sentándome en la encimera.
-Igual tenemos un invitado más
para la boda. -bromeó, abrazándome por la cintura. Besé su frente, que me
pillaba justo delante de mis labios.
-Pues sí que tardaríamos en
casarnos. -reí.
-A este paso… el niño hace la
comunión antes que nosotras nos casemos.
-¿Y quién tiene la culpa…?
-Deja ya a mi madre, pesada. -me
pegó. -a ella le hacía ilusión organizarla, ¿vale?
-Vale, vale. Yo lo único que
quiero es hacerlo antes de que tenga que usar un bastón. -volví a llevarme un
guantazo. Por bocazas. -podríamos echarle un cable.
-No nos deja, ya lo sabes. -rió.
-todo para ella. -alargó el "todo".
-Oye, estaba yo pensando… -me puse
la mano en la barbilla. -y si te pones uno de tus modelitos de la gira. -soltó
una carcajada. -estaría gracioso. -siguió riéndose.
-Cariño, ¿cómo me voy a casar con
eso?
-Poder puedes. -me encogí de
hombros. -podrías ponerte el de la gira sí, y cuando lleguemos al hotel me
cantas "Como una flor" y te quedas en body. Yo lo veo, eh.
-No puedo, en serio. No puedo
contigo. -dijo mientras se limpiaba las lágrimas. Lloraba de risa.
-A mi me dejas ese que parece un
murciélago. Con la capita y todo.
-¡¡Para ya, que me duele la
barriga de reírme!! -me golpeó la pierna.
-A tu madre podemos ponerle el
mono ese de flecos dorados. -bromeé.
-¡¡Y dale con mi madre!! ¿Por qué
te ha dado ahora por meterte con tu suegra? ¿Te ha hecho algo?
-Darme a la mujer de mi vida.
-susurré.
-¡No hagas eso! ¡Estoy enfadada!
¿no me ves? -sonreí torcido. -¡MARINA!
-¿¿TODO BIEN?? -gritó desde el
salón López.
-¡¡¡¡¡PERFECTÍSIMO!!!!!-contestó
Malú alterada. Se giró. -paso de ti. -caminamos hasta los chicos.
-Si es niña Mar, y si es niño
Jorge. -nos comentaron.
-¡Jorge no! -gritamos las dos a la
vez.
Dios!!! Esta temporada ha empezado genial!!!! Me encanta!!!! Sube el siguiente capítulo rápido.!!!
ResponderEliminarMe encanta sube el siguente porke esta que arde
ResponderEliminarGenial esto engancha
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