domingo, 24 de noviembre de 2013

Capítulo 1. A PRUEBA DE TI.

Agarré la guitarra con fuerza. La achuché contra mi cuerpo. Entonces, la puerta fue abierta por el técnico de sonido. Cerré los ojos un instante y tomé aire. Caminé con seguridad y con ganas de darlo todo. Subí los escalones, el corazón me empezó a latir con fuerza. Las cosquillas en la barriga y el nudo en la garganta aparecieron, como temía. Pero fue aquel nombre el que me descompuso el cuerpo. No podía asimilar que tras esa silla se encontrara mi ídola. Y que iba a escucharme. Iba a escuchar su canción editada e interpretada por mí. Estaba temblando. Situé mis dedos en los acordes y esperé a los cuatro golpes de sonido.
Mi voz sonaba tímida y bajita. Los nervios me comían por dentro y me empequeñecían. Pero cuando llegué al "Si te amé…", me crecí. Me comí el escenario, abrí la garganta y lo dejé todo. Canté con la fuerza que tenía dentro. Orozco y Bisbal se giraron casi al mismo tiempo. Ya estaba en el programa… sonreí al pensarlo.
El tiempo se paró al ver que el sillón más importante de los cuatro se empezaba a mover. Le había llegado a mi Malú. Un impulso de adrenalina me llevó a soltar la guitarra y a hacerle el símbolo malulero, seguido de un guiño. Ella se rió y siguió tarareando su "A prueba de ti".
Volví al mundo real y seguí defendiéndome en el campo de batalla. Dejé todo atrás, cerré los ojos y me dejé llevar por la música. Por aquella canción. Entonces oí otra vez el pulsador. Rosario también me quería. Al llegar al último estribillo solté el instrumento y comencé a dar palmas sobre mi cabeza, incitando al público a que me siguiera. Canté a capella, sin más melodía que el ritmo de cientos de palmas al unísono.
Al finalizar, oí cuchicheos sobre mí entre los artistas. "Qué voz…" "¿Pero de dónde ha salido esta chica…?"
-¡Madre mía! -David comenzó. -Hemos oído a muchos talents pero a ninguno como tú…
-¡Muchas gracias! -no podía parar de sonreír. Sabía que lo había hecho bien.
-¡Lo siento, compañera -intervino Orozco mirando a Malú. -pero a mí me gusta más su versión!
-¡Y a mí, "Orosco", y a mí! -rió la cantante, muy simpática. -La has hecho completamente tuya, y eso es genial. Tienes mucha personalidad. Eso sí, ¡espero que me pidas disculpas por dejarme en pañales ante España entera!
-No no, para nada. Nadie puede superarte, tú eres una grande del pop. -No podía creer lo que me decía...-Ah, he cogido esta canción, si me permitís el chiste, porque estoy a prueba de vosotros. -A todos les hizo gracia.
-¿Podemos conocer tu nombre? -se interesó Antonio.
-Claro, soy Marina.
-¿Qué edad tienes? -me preguntó la más flamenca de los cuatro.
-Tengo 25 años. -contesté.
-¿25 años y esa técnica? Madre mía, vienes de otro planeta. -opinó el rizos, yo reí.
-¿Y desde cuando tocas la guitarra? Te veo con mucha soltura. -volvió a preguntarme Orozco.
-Toco la guitarra desde los 8 y el piano desde los 13 más o menos… Y bueno, empecé a componer a los 14.
-¡Que también compone! ¡Toma ya! -exclamó María Lucía, recolocándose su vestido morado. -¿puedes cantarnos algo tuyo?
-Claro… -Me encantaba que me pidieran eso… pero que me lo pidiera justamente ELLA, era orgásmico.
Bisbal se echó las manos a la cabeza, Rosario se mordió el labio, Antonio se tumbó hacia delante y miss perfección señalaba su brazo, tenía los vellos de punta.
-Es preciosa… -opinaron. Hicieron que me estremeciera.
-¡VENTE PARA MI EQUIPO QUE YO TE VOY A EXTRAER TODO TU JUGO, CORAZÓN MÍO! -me gritó Rosario, que se puso en pie.
-¡No la oigas! -Bisbal se levantó y se dirigió hasta el asiento de la cantante. -¡No la oigas! -repitió mientras le tapaba la boca a la artista. Ante la simpática escena, la mayoría se echó a reír, excepto yo, que estaba en mi mundo de unicornios y nubes de colores… Le había gustado mi canción.
-¡Yo compongo también, nos entenderemos! -Se levantó ahora Orozco proponiéndome aquella tentadora propuesta, pero yo tenía muy claro a quién iba a elegir.
-¡CALLA ANTONIO, QUE NO TIENES NADA QUE HACER! -le gritó Rosario desde su silla y haciendo aspavientos.

-¡QUE NO, QUE ES PARA MÍ! -chilló mi ídola, haciéndome sentir la chica más feliz de la fan de la Tierra.
-No importa que os peléis. -les interrumpí. -Lo siento por el resto, sois muy grandes y os admiro. Me encanta vuestra música, pero hay una persona en una de esas sillas rojas a la que adoro desde hace muchos años. Soy ultra fan de uno de vosotros. He crecido y vivido con sus canciones, he llorado y reído con sus actuaciones, he esperado días en la cola para poder ver a esa persona en directo o para que me firmara un disco… Y esa persona es… Malú, Malú, Malú… -tarareé al ritmo de mi canción.
Saltó de su asiento y chilló que ya había ganado la voz. Se dirigió hacia mí a paso ligero, arrastrando sus tacones y con los brazos abiertos. Ahora estaba como un flan, casi más que antes de cantar. Eché la guitarra a un lado para poder encontrarme con su cuerpo. Me abrazó. Qué bien me sentía… su olor a azahar era realmente perfecto. Le susurré al oído que para mí era la reina del pop. Ella me dijo que al final del programa conseguiría que la destronara… seguido de dos besos en la mejilla derecha.
-¡Felicidades! -el rizos me apartó de mi jefa…
-¡Muchas gracias! -repetí varias veces ante tantos elogios y besos por parte de los coaches.

-¡VIVA LA FAMILIA MALULERA! -cumplí la promesa que les hice a mis seguidoras de twitter, y salí del plató con una euforia infinita. 

1 comentario:

  1. Me encanta!! Es el primer capitulo y ya me he enganchado, me hace ilu ser el primero en comentar jajaja. PD: Estoy leyendo esta historia con música de Malú de fondo <3
    Att: @clubmalufans

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